Dos son los principales argumentos que autores(1) y editoriales esgrimen a la hora de defender la existencia de los derechos de autor:
a) Los autores merecen cobrar por su trabajo
b) Sin estos derechos, los autores no podrían dedicar su tiempo a elaborar las obras que todos disfrutamos.
Pasa que su problema no es en absoluto nuevo para la economía, por mucho que sean los más afectados por la era digital y que su trabajo sea, en gran medida, completamente intelectual. Se trata del problema de la innovación, y la incapacidad para resolverlo del mercado competitivo. Y, lo siento, pero hay aspectos en los que ya existe el estudio e, incluso, el consenso.